Hoy desperté y me sentí contenta. Triunfante. Vencedora. Capaz de todo. Logré mantener mi celular apagado durante una semana, en la cual también vencí la tentación de responder o tan siquiera leer a los mails de Adam, así como reinventé en blog hasta cambiarle de dirección para así evitar que él lo lea (hasta ahora no sé como lo encontró). Hoy me di el gusto de admitir que puedo hacerlo, puedo dejarlo atrás. Me felicité a mí misma, me di una palmadita en el hombro, me premié con un buen desayuno, corrí a la computadora, prendí el celular, y descubrí que solo puedo ser fuerte por siete días. He aquí lo que encontré y que fue enviado por Adam:
Dieciséis correos: cinco son cadenas religiosas enviadas solo a mí y no a una larga lista de ciber-creyentes (supongo que eso ha de significar algo... exclusividad, tal vez?), dos son canciones que él me dedica pero que no puedo escuchar porque están mal adjuntas (probablemente sean canciones sobre Cristo, y en estos momentos ando en una situación medio indefinida con Él), seis son informes del banco enviadas por Adam a todos sus clientes (entre ellos, yo) y tres (sí, solo tres) son correos insulsos sin pretexto aparente en los que Adam me pregunta cualquier tontería, como si tengo ya las fotos de algún evento o si recordé pagar la cuota de la tarjeta de crédito que tenía pendiente.
Tres mensajes de texto: dos para desearme buenas noches, y uno para invitarme a cenar.
Un mensaje de voz para confirmar que aún sigo viva, que no me he muerto, y que (hopefully) me sigo cagando por él (ja!).
Doce mensajes del operador para anunciar un total de diecinueve llamadas sin concretar.
Hay una cosa que yo no entiendo, y a ver si algún varón me lo explica porque tal vez me perdí de algo: si este sujeto me dijo que por ahora no "podía" estar conmigo por las diversas complicaciones existentes entre las dos familias ("no tengo complejo de Romeo ni tú de Julieta" fueron sus palabras exactas, auch!), entonces ¿para qué diablos me sigue buscando? ¿Será que el "por ahora" ya venció su plazo? ¿Debí prestarle más atención al "no poder" y no confundirlo con "no querer"? En fin, mi hallazgo encendió mis fuerzas, y ya que lo pude ignorar durante una semana, supongo que podré hacerlo otra más. ¿Cuál es la idea de todo esto? la verdad no lo sé, solo que se siente como eso que hace mucho tiempo debí hacer: mandarlo a pelar papas a ver si con eso deja de creerse el último helado en la playa.
Esto de su nueva religiosidad (se está volviendo evangelista, aunque el diga que no) me tiene medio peleada con Dios. Y pelearse con Él es bien bravo y hasta riesgoso. Por un lado respeto el hecho de que Adam haya decidido voltear su mirada hacia la cristiandad, pero por otro lado me da pica que sea por eso que ya no me mira a mí. No confundan mis palabras, no tengo nada en contra de los evangelistas, pero como católica se me hace muy difícil el tan solo considerar la posibilidad de volver con Adam si se convierte a otra religión. Digamos que si dejamos de tener eso en común, me la habrá puesto DEMASIADO fácil (sería un chau instantáneo y sin dolor). Ya muchos cambios para mi gusto, a estas alturas casi no reconozco al Adam de quien me enamoré.
Y es que, compréndanme, pese a lo amargos que han sido los últimos posts y que ha llevado a muchos a pensar que Adam es el tarado por excelencia, lo extraño, pues tuvo muchas cosas buenas. Extraño cuando pasábamos noches enteras conversando de nada, o de nuestros días, compartiendo ideas, haciendo planes, debatiendo sobre el mundo. Extraño ver los videos de CualCerdo junto a él y matarnos de risa de las palabras altisonantes. Extraño tomarme unas chelas en la playa a su lado y con los amigos de siempre. Extraño sus detalles, sus sacrificios, esas cosas que últimamente ya no podía ver.
A veces me torturo pensando que ya nada volverá a ser lo de antes, al menos para mí, que demasiadas cosas han pasado y no han pasado, que lo que fui se jodió. Como dijo alguien alguna vez, al final todo estará bien, y si no está bien es porque no es el final (creo que fue Jason Castro).