domingo, 27 de septiembre de 2009

El motivo de mi ausencia

La vida tiene altos y bajos, cortos y largos, pasadizos emocionantes, salas de descanso, puertas y más puertas, ventanas, altillos, claraboyas... Vamos por la vida mirando a nuestro alrededor, deteniéndonos más en algunas zonas, pasando de largo otras, en algunas ni siquiera nos fijamos, a otras les prestamos más atención de la que deberíamos, y de pronto una siente que ya agarró camino, que las cosas están marchando de manera aburrida pero estable, que ya todo está dicho y ahora una puede disfrutar de la corriente que nos lleva... hasta que llega un doctor y te dice: "Estás enferma".

Nunca fui partidaria de tener secretos. Siempre todo se llega a saber, y generalmente las verdades se descubren en el peor momento. Aunque, si lo pensamos bien, sin importar cuándo sea, una verdad al descubierto siempre hará que el momento sea el peor. Sin embargo, le he encontrado los beneficios a mantener un secreto en los últimos días. No comprendía antes eso de no contar las cosas para que los demás no se preocupen, ahora lo entiendo y al 100%. Otro de los beneficios es que nadie te jode con la justificada preocupación constante, que en algún momento comienza a apestar a chisme cuando proviene de quien no tiene la menor razón para preocuparse por ti.

Estar enferma es un bodrio. No hacer lo que una siempre hace es lo más chocante en un inicio, y con el tiempo empiezas a descubrir que hay más y más cosas que tampoco puedes hacer, y empiezas a inventar excusas. Algo así como que no comes tal o cual cosa porque tienes gastritis. Ja! a estas alturas me han de alucinar como la tipa más pedorra del planeta.

Hoy pago el precio de una vida desordenada que empezó cuando cumplí quince. Lo recordaré la próxima vez que alguien diga que fumar es relajante. Sí, lo es, pero también mata. Adam piensa que lo único que le aqueja a mi hígado es estar agrandado (hepatomegalia) y una gastritis de la patada, así que no se preocupa mucho si me ve con náuseas. Quién diría... una escucha las historias, ve las campañas, los avisos publicitarios, pero jamás piensa que esté tan cerca. Tal vez me esté adelantando y debería esperar a la confirmación del doctor, pero de todas maneras, la palabra asusta. Cáncer...

Iré a terminar como Izzie Stevens? Ya se viene la nueva temporada...

No suelo pensar mucho en la muerte, pero si todos vamos a morir, sería bacán poder elegir cómo... salvando a alguien, así me gustaría morir.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Si es gay, es Ok

No hay nada mejor que un mejor amigo gay. Punto, ahí debería terminar este post. Es que en realidad no requiere de mayor explicación ni explayación, está muy claro: los mejores amigos de las mujeres son los gays.

No soy muy partidaria de que hombres (heterosexuales) y mujeres puedan ser amigos en realidad. Si bien lo único que tengo como base es mi vanal experiencia, suelo afirmar con certeza que siempre existe un no sé qué inmencionable en ese tipo de relaciones. Algo así como que con tu amigo no puedes irte de compras sin que él se aburra, naturalmente, por su condición de varón. Ni que le puedas mostrar lo bien que te queda lo que por tu lado te compraste sin que el pobre se empiece a masturbar mentalmente. O que de pronto le cuentas del chico X, Y, Z... y que él realmente se interese sin llegar a pensar en tú y él bajo esas circunstancias... Lo mismo sucedería en nuestros casos, probablemente terminaríamos odiando a todas y cada una de las nacas que se atrevieran a dañar a nuestro pobre y tierno amiguito, y finalmente terminaríamos pensando que tal vez, sólo tal vez, él estaría mejor con nosotras, aunque no le encontremos ni el gusto a cuerno. En fin, podría estar equivocada.

En cuanto a las mejores amigas mujeres... no me malinterpreten, tengo miles, buenísimas, súper buena onda todas... pero no es la misma vibra. Las mujeres somos competitivas por naturaleza, somos fijonas, rajonas, nos comparamos, nos observamos, y eso siempre le pone un toque subliminal a cada palabra y acto que una haga por otra. Algo así como que una amiga te manda un mensaje de texto contándote lo bien que la pasó con su novio esa noche, y tú, que aún te enjugas las lágrimas por la pelea con el tuyo, le respondes: "Qué lindo, amiiii! me alegro por ti"... pero en el fondo estás pensando: "Y a mí qué carajos me importa??!! Vete a la mierda tú y tu maldita relación perfecta!!" Dudo equivocarme.

Pero con los gays es otra cosa. Definitivamente otra cosa. Para empezar, son un mate de risa 24/7, incluso escucharlos decir que les duele la cabeza es divertidísimo (Ay flacaaaaa... me muero por un Tylenol!!!!), y no es que sean caricaturas andantes, no, simplemente son cada uno un personaje digno de observar. Tanta inhibición, tanta ausencia de repujos, tanto free spirit... definitivamente los convierte en un soplo de aire fresco. No nos envidian nada (porque a decir verdad, en el fondo se creen mejores que nosotras, pero no me complico con eso), brindan consejos de lo más descabellados, de esos capaces de hacerte morir de risa durante el peor de los dramas solo por su originalidad ("Vamos a tirarle huevos a su casa", "Pero si lo único que hizo fue llegar tarde", "Entonces se los tiramos al auto", "No, pero pobrecito, luego lo tiene que mandar al carwash", "Bueno, cuando lo vea le tiro un huevo yo!").

Pongamos las cosas claras: los gays son reinas del drama. Pero para nosotras, esas escalas que alcanzan niveles berracos nos pueden llegar a parecer divertidos y pintorescos. Nada mejor que un amigo gay teniendo un bitch fit en tu nombre para subirte los ánimos y sentirte más acompañada.

Nadie sabe mejor de tendencias y moda que un amigo gay. Nadie puede defenderte como hombre y empatizar como mujer mejor contigo que un amigo gay. Nadie se pasa una noche de tragos a tu lado sin propasarse y sin esperar que escuches todas sus querellas como un amigo gay. Nadie te da una mejor visión masculina desinteresada que un amigo gay. No se interesan en tu novio, no hablan a tus espaldas, y te pueden escuchar horas de horas con un interés genuino.

Y si estás apuntando a un fashionable look por asociación, no hay nada mejor que la compañía de tu mejor amigo gay.

Love you, bitches!