sábado, 12 de julio de 2008

La insoportable levedad del ser

Soy una buena chica y siempre lo he sido. Soy buena hija, de las que raramente provocan dolores de cabeza a sus padres y siempre llegan a la hora que se les indica. Soy buena hermana, de las que joden y revientan la paciencia, pero que dejan notar que en casos importantes estarán ahí. Soy independiente, soy sencilla, y casi siempre tengo buen humor.

Soy la mejor de las amigas. Soy capaz de defender con garras a quien lastime a una de las personas que amo y aprecio, y en más de una ocasión lo he hecho. Siempre escucho a quien lo necesite, y soy la mejor en dar consejos. Cuando alguien necesita de mi ayuda, soy la primera con quien pueden contar. Soy del tipo de amigas que se queda despierta contigo hasta las tres de la mañana granputeando al perdedor que te hizo sufrir y planeando la mejor manera de destruirlo sin que se entere.

Soy de aquellas personas que dicen la verdad con el tino necesario para que suene a mentira y no ofenda. Soy quien te dice que el vestido es bonito, pero que a ti te va algo mejor y te muestra otro. Soy de las que susurran las verdades incómodas y gritan a los cuatro vientos aquellas de las que debes estar orgullosa. Soy el mejor remedio para la baja estima; en mi opinión, todos tienen algo bueno.

Sonrío mucho, me encanta sonreir, y no me preocupa que quien me vea caminando no sepa por qué sonrío. Soy aquella que se ríe demasiado de un chiste bueno, y que hace que uno tonto se vuelve hilarante con solo poner cara de "no entiendo". Soy una inútil para contar chistes, pero soy capaz de convencer en un minuto a alguien para que lo haga.

Soy sensible ante el dolor ajeno, cada rostro sin esperanza en la calle me conmueve hasta los huesos, mucho más si es de un niño o de un anciano. Hace años dejé de ver las noticias porque me hacen llorar de impotencia y rabia. Recogí a mis perros de la calle, y detesto a quienes discriminan las razas en cualquier especie. Me encantaría tener un papagallo, pero me dolería verlo encerrado en mi casa en vez de volando por ahí.

Cuando me enamoro, lo hago hasta la médula espinal. Y después de tres meses de merecido desfogue, soy capaz de perdonar el error más infame.

3 muestras de empatía:

Anónimo dijo...

nooooooooooooooooo, pero bueno espero que te resulte, lo cuentes y pueda yo cambiar mi manera de ver las cosas.
que te vaya todo bien.

Sky dijo...

Pues, la descripsion me suena a alguien q conozco. Y aunq yo nunca he estado ante algo tan doloroso y pienso q si lo estuviera jamas lo perdonaria.. Y no puedo guardar rencores por más de una semana a mis amigos.. Asi q probablemente tres meses tambien serían más q suficientes para perdonar a quien más amo.

Buenas vibras con eso!

Sky dijo...

Pues, la descripsion me suena a alguien q conozco. Y aunq yo nunca he estado ante algo tan doloroso y pienso q si lo estuviera jamas lo perdonaria.. Yo no puedo guardar rencores por más de una semana a mis amigos.. Asi q probablemente tres meses tambien serían más q suficientes para perdonar a quien más amo.

Buenas vibras con eso!