martes, 30 de junio de 2009

El hijo que nunca tuve

No recuerdo quién lo dijo, pero escuché una vez, y luego de esa otras varias, que uno busca de pareja a alguien que se asemeje al progenitor del sexo opuesto. Entiéndase, las mujeres buscamos a alguien como papá, y los hombres a alguien como mamá. Por supuesto que esta afirmación genera varias cuestiones difíciles de resolver, por ejemplo, ¿si mi papá me pegaba, buscaré a alguien que me pegue? ¿y si murió y nunca llegué a conocerlo, a quién buscaré? ¿y si soy gay, buscaré a alguien como mi madre? En fin. A pesar de tantas interrogantes que nacen ante esa hipótesis, hoy logré comprobar que tan incierta no es.

Adam y yo nos dimos una escapada de la ciudad. Un fin de semana tranquilo, encerrados en un hotel con jacuzzi, champagne, velas, una amplia cama, servicio a la habitación... no necesitábamos más. Fue relajadísimo pasarla juntos, un alimento que nuestras almas ansiaban desde hace tiempo. En fin, dentro de todas las anécdotas que podré contar, hubieron algunas que llamaron mi atención:

- Adam solo come acompañado. Puedo haber terminado de comer antes que él, pero siempre insistirá en que lo acompañe hasta que sea él quien termine. Ustedes dirán "esto es normal", pero aquí viene la parte friky: si por alguna razón me levanto de la mesa, automáticamente se le irá el hambre. Y si me vuelvo a sentar, mirará el plato como pensando "bueno... aún tengo espacio para un poquito más", y seguirá comiendo. Es de locos.

- Adam no empaca ni desempaca. Su maleta permaneció empacada mientras estuvimos allá; iba sacando cosa por cosa de ella a medida que las iba necesitando (y cada cosa que sacaba se perdía en el limbo de la habitación). En un momento de compasión (y un poco de desesperación) me ofrecí a desempacar su maleta, pero se negó. "Así está bien, yo me las arreglo". Para cuando acabó el fin de semana, en su maleta ya no quedaba nada, todo estaba regado a su alrededor, así que Adam simplemente se limitó a embutirlo todo nuevamente en ella y declararse listo para partir.

- Algunas cosas para las que Adam está mentalmente incapacitado: planchar, colgar toallas, encontrar su propio zapato, recordar dónde dejó sus llaves, ver TV acompañado, colocar la ropa sucia separada de la limpia, recoger algo del piso, despertar sin ayuda.

- He aquí otro dato extraño sobre Adam: si se le pide que tienda la cama, le da sueño y se echa a dormir en ella. Y no, no pretende que le da sueño, pues se quedará dormido, literalmente.

Todos los hombres se comportan como niños, incluso cuando ya han tenido uno. Todos. Absolutamente todos tienen algo, un rasgo, un hábito, alguna característica que resaltará su lado infantil en ellos, y el maternal en nosotras. No me quejo, me parece esa mezcla de tierno y gracioso que los gringos llaman "cute", sobre todo esta: cuando estábamos de salida, Adam me llamó desde la puerta para que me apurara. ¿Saben lo que se le escapó decirme?

¡MAMÁ!

(¿Alguien me puede explicar cómo tendré sexo con él después de eso?)

sábado, 27 de junio de 2009

¡Salud!

Por los hombres...

Por los que mal pagan (pero bien cobran)...

Por los que ya no están...

Por los que se fueron...

Por los que echamos...

Por los que nos echaron...

Por los que aún siguen aquí...

Por los que ya hasta estorban...

Por los que nunca llaman...

Por los que llaman todo el tiempo...

Por los que apagan el celular cuando salen con sus amigos...

Por los que se acuerdan de nosotras cuando están borrachos...

Por los que nos llaman cuando están calientes...

Por los que nos dieron un beso y luego se disculparon...

Por los que nunca nos dijeron ni un mísero "te quiero"...

Por los que nos presentaron ante su mamá como "una compañera de clase"...

Por los que se olvidaron de nuestro cumpleaños...

Por los que ven porno cuando estamos durmiendo...

Por los que siempre escogen qué película (de acción) ver en el cine...

Por los que comen de nuestro plato...

Por los que usan nuestro cepillo de dientes...

Por los que orinan en la tapa del toilet...

Por los que orinan en la ducha mientras se bañan...

Por los que dicen otro nombre durante el sexo...

Por los que son inmaduros a los 30...

Por los que se tiran pedos en la cocina...

Por los que se sacan mocos mientras almuerzan...

Por los que idolatran a su auto y hasta le ponen nombre...

Por los que prefieren jugar playstation un sábado por la noche...

Por los que siempre andan ocupados...

Por los que no son capaces de conseguir trabajo...

Por los que nos lastimaron pero "no quisieron hacerlo"...

Por los que nos fueron infieles...

Por los que la tienen chiquita...

Por los que dicen tenerla grande...

Por los que no se les para...

Por los que nos piden que hagamos dieta...

Por los que deberían hacer dieta...

Por los que necesitan levantar pesas...

Por los que dicen que van a llamar pero no llaman...

Por los que se van de viaje "a última hora"...

Por los que prefieren estar con sus amigos que contigo...

Por los que tiene a una mejor amiga mujer a la que le cuentan más cosas que a ti...

Por los que descubrieron ser gay gracias a nosotras...

Por los que te cuentan sus planes de vida con entusiasmo, sin mencionarte en ellos...

Por los que le tienen miedo al compromiso...

Por los que siempre llegan tarde...

Por los que nunca notan si te arreglaste...

Por los que se gastan su sueldo en ropa...

Por los que regalan peluches en cada cumpleaños...

Por los que se van solos de viaje...

Por los que detestan las peleas pero siempre las andan cagando...

Por los que no nos dicen dónde están...

Por los que siempre dicen "Te amo", pero no lo parece...

¡A por ellos!

domingo, 21 de junio de 2009

La niña de papá

Esta es la primera foto que nos tomamos papá y yo. Hace más o menos 27 años. Según cuentan, sentadita en mi silla para comer me había echado a llorar de la nada. No tenía hambre. No tenía gases. Mi pañal no estaba sucio. No hacía calor ni frío. No era hora de la siesta. Papá vino al rescate y me cargó. Y dejé de llorar. Solo quería estar en sus brazos. Nada más.

Desde siempre, Adam ha pensado que esa foto significa el inicio de una era: la de mi engreimiento. Tu papá te arruinó para el resto de los hombres, dijo una vez entre broma y broma. ¿Será cierto? Y es que, a pesar de estar enamorada como lo estoy, no hay hombre que se compare a mi papi. Por mil y un razones: para él soy la chica más linda del planeta, siempre es tierno conmigo, me escucha cuando tengo algún problema, me ayuda cada vez que se lo pido, es gracioso, sabe cómo subirme los ánimos cuando andan algo caídos, no repara en gastos cuando ve que me hace falta algo, cada alegría mía la hace suya, lo mismo con las penas, nunca me miente, nunca me haría daño y siempre, siempre está ahí para mí. Sin que le haya importado el paso de los años, mi papá siempre ha sido mi papá, y yo siempre seré su "ñaña"... así es como siempre me ha llamado.

Contrario a lo que yo hubiera esperado (querido) nunca se ha puesto de mi lado cuando he tenido algún problema con Adam, cosa que sí hizo mi mamá, por ejemplo. Él siempre ha sido la voz de la razón. Con la típica política masculina de "analizar las cosas con la cabeza fría", muchas veces actuó de arbitro en nuestras peleas, y con eso, me salvó de cometer homicidio en más de una ocasión.

Miro a Adam y veo tanto de mi papá en él. ¿Será que busqué alguien igual? Ambos son carismáticos, amigables, trabajadores, amables, tercos, sosegados, pacifistas, pacientes, ambos me aman y se preocupan por mí. Tienen incluso costumbres tan parecidas: disfrutan de una tarde tranquila en casa, les gustan las mismas películas, hablan sobre los mismos temas, escuchan la misma música, visten sobriamente, me riñen de igual manera, se contentan con un buen almuerzo, se entretienen con un buen libro y juegan ajedrez. Tal vez Freud tenía razón después de todo.

Cuando papá conoció a Adam juro odiarlo eternamente. Pero son demasiado compatibles para llevarse mal. Ahora se resigna a pronto tener que dejarme en sus manos. Así es la vida, papá.

Jag älskar dig, pappa. Denna skrift ägnades åt dig. Du är den bästa pappa i världen. Grattis på Fars dag!

sábado, 13 de junio de 2009

Bueno, malo, jodido

Bueno: Tu novio te viene diciendo que se quiere casar contigo.
Malo: Desde hace diez años.
Jodido: No tienes idea de cuándo lo dirá en serio.

Bueno: Tú y tu novio están construyendo una casa juntos.
Malo: Aún no sabes cuándo vivirán en ella.
Jodido: Él te dice que no sería mala idea venderla.

Bueno: Tu novio quiere hijos.
Malo: En un futuro.
Jodido: No muy próximo.

Bueno: Tu novio tiene un anillo de compromisos para ti.
Malo: Lo compró hace años y aún no te lo ha dado.
Jodido: Probablemente ya no te quede.

Bueno: Sabes que tu novio pedirá tu mano en algún momento.
Malo: Sospechas que no será pronto.
Jodido: Empiezas a acostumbrarte a la idea de que no lo haga.
Recontra jodido: La idea ya no te parece tan mala.

lunes, 1 de junio de 2009

Actualizando el iPod

Cuando era pequeña me encantaba Michael Jackson. Podía ver el video de Thriller una y otra vez y aún así encontrarlo fascinante. Cantaba a coro la letra de Bad como si fuera una de la pandilla. Ponía Beat It a todo volumen. Me moría por ser una de los niños en Smooth Criminal. Y cuando salió la película, corrí al cine de inmediato a preguntar cuándo la estrenaban en Piura (la dieron en la tele antes que eso pasara). Lo seguí durante buena parte de su trayectoria, hasta que empezó a parecerse menos a un hombre negro y más a una mujer blanca, luego menos a un ser humano y más a un frikazoide; para cuando empezaron a gustarle los niños pequeños yo lo seguía solo en recuerdo.

También me gustaba Gloria Trevi. Zapatos Viejos era mi himno. Pelo Suelto no lo era, pero traté de que lo fuera, a pesar de tener a mi madre corriendo con peines detrás de mí. Doctor Psiquiatra no lo fue en su momento, pero la recordé con nostalgia en alguna etapa compleja de mi vida. También vi la película, sé que hubo más de una, pero solo vi esa en la que ella estaba encerrada en un convento o en un colegio de monjas, algo así. Luego hubo un escándalo relacionado también a abuso de menores (que rollos esos...) pero para ese entonces, yo ya escuchaba a los Guns.

Me empezó a gustar Guns'n Roses, como a muchos, por el video de November Rain. Por alguna morbosa razón, me parecía extremadamente romántico ver a un tipo llorar por su novia muerta y ponerle flores negras en su tumba. La guitarra de Slash... ni qué decirlo, era lo máximo. Me embalé en un auto escuchando Welcome to the Jungle a todo volumen una vez (sí, soy de esas que conducen con "soundtrack"), lloré con Don't cry (irónico), silbé Patience, y quise aprender guitarra con Sweet Child'o Mine. Vi en video el concierto en Tokyo junto a mis primos, también Gun-adictos, con el cuarto a oscuras alucinando que estábamos ahí. Luego vinieron los pleitos y los problemas, el alcohol, las drogas y los egos inflados.

Nirvana es una leyenda, y yo la viví. La primera vez que los escuché fue en el Unplugged y fue místico. No los había escuchado nunca antes, pero con la primera canción me conquistaron, y boquiabierta no parpadeé en lo que quedó del concierto. Fue una vibra mágica, algo que a tan corta edad jamás podría haber vivido, y que jamás viví los años que vinieron después. Espero algún día volver a sentir algo igual. En los meses siguientes me volví una adicta a ellos, sobre todo a Kurt. Investigué todo sobre él, y llegué a saber cosas que tal vez ni su madre sabía. Me compré todos los discos, aunque el primero no me gustó tanto, fotos, videos, polos, manuscritos, entrevistas, todo. En abril del 94 pude agregar el reportaje sobre su muerte a mi amplia y ahora inútil colección. No, no creo que se haya suicidado.

Me consolé con Pearl Jam. También buenos, también de Seattle. Identifiqué a uno de mis compañeros de clase con Jeremy, y le tuve miedo cuando pasó lo de Columbine. También me embalé en auto con Do the Evolution. Me fumé un pito con Off he goes. Y ahora espero que vengan a Perú.

Escuchaba a Alanis Morissette en mi etaba de lesbianismo no definido. You oughta know... se la dediqué a un ex (sí, hombre). Perfect... se la dediqué a mis padres. Ironic... me la dediqué a mí misma. La sigo escuchando hasta hoy, su voz es simplemente perfecta.

Blind Melon, Cramberries, Counting Crows, Coldplay, Líbido... no soy metalera, pero me gustan los ritmos fuertes y sin sentido. Disfruto de una buena canción, bien cantada, bien gritada si es posible, un soundtrack para mi vida, para cada momento, para cada emoción que en mi caso siempre son extremas. Un buen acompañamiento musical que retumbe habitaciones.

Pero anoche, Adam me embobó con Drexler, Sabina y Arjona. Se vienen tiempos más tranquilos.

Aquí las canciones: