domingo, 25 de enero de 2009

Lo que dijo Adam

Adam leyó la carta, esa que escribí hace dos semanas. Esto es lo que respondió:

¿Sabes por qué te pedí un tiempo? Porque no quería pasar a un nuevo nivel de nuestra relación con tantos problemas de por medio. Sé que las jodí, sé que la jodimos ambos, pero hay una verdad innegable y es que te amo. Te amo desde que te conocí, y con el pasar de los años te he amado cada vez más. Sé que soy un estúpido y a veces no lo demuestro, pero de verdad te amo. Eres la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida, quiero mirarte mientras duermes, abrazarte, despertar contigo, quiero prepararte el desayuno y traértelo a la cama, y quiero que en un año o dos tengas una panza enorme que me impida abrazarte como siempre lo he hecho, me muero por eso y quiero que pase ya. Pero no así.

Yo sé que tú no lo entiendes ahora, pero cuando pase toda esta tormenta lo verás, y verás que nos hacía falta esta separación, para valorarnos, para extrañarnos, para saber que realmente merecemos estar juntos, y para estar bien, para dejar tantos pleitos de lado y tantos problemas atrás. Entonces ya podremos hablar de un futuro juntos, porque me muero por ti. Si no me caso contigo no me casaré con nadie más, porque eres la mujer de mi vida.

¿Le creemos?

sábado, 17 de enero de 2009

Todo sería perfecto

... frunciendo el ceño para hacernos reir.

... peleando por el último pancake.

... gritando contigo entre mis piernas.

... llorando con películas de amor.

... pataleando por un beso.

... empujándonos hacia nuestra habitación.

... lanzándonos comida en el almuerzo.

... abofeteando nuestro mal humor.

... huyendo del mundo un fin de semana.

... escapándonos a la playa.

... colgándole el teléfono a algún cobrador.

... azotándole la puerta al invierno.

... insultando a la mañana con un abrazo dormilón eterno.

martes, 13 de enero de 2009

El chico malo

Adam:

Me prometí a mi misma no hablar contigo y entregarte esta carta la próxima vez que te viera. Así que, si cumplí con mi propia promesa, en este momento has de estar leyendo esto a solas, mientras yo estoy en casa o en algún otro lado, esperando que esta carta cause algún efecto en ti. Hace tiempo que estamos mal, y eso no es noticia nueva para ninguno de los dos. Como dijiste alguna vez, nos llevamos pésimo. Razones hay miles, supongo. Pero para efectos de redacción, solo hay dos que me importan: tú y yo.

He tratado de analizar, aunque no lo creas y de nuevo me quites crédito por eso, las posibles formas en que yo he cagado esta relación. Tal "mea culpa" se extendió más de lo que hubiera deseado, calificándome a mi misma de "chica mala", tildándome de posible exagerada, culpándome por no dejar las cosas pasar rápido, por pelear demasiado, por ser neurótica y por no saber superar los problemas y, de paso, a mí misma. Llegué a verte a ti como aquel que me tenía santa paciencia, y que merecía el cielo por haber purgado sus pecados aguantando mis contínuos arranques. Pero la verdad no es tan radical y aquí viene la parte fea.

Sí, aunque no le haga bien a mi autoestima, debo admitir que sí, soy a veces la chica mala, exagero, no dejo que las cosas pasen rápido, peleo demasiado, soy neurótica y no sé superar los problemas ni a mí misma. Pero tú no eres ningún santo.

Paciencia me tuviste durante casi 10 años, pero ya se te agotó y eso fue mi culpa. En realidad, yo te agoté; después de todo eres humano, y ni siquiera Superman le aguantaría tanto a Luisa Lane. Cuando recuerdo algunos escándalos en particular que he hecho, me avergüenzo, y realmente lo lamento, discúlpame por las veces que he llegado a eso.

Sin embargo, con lo irracional que he sido muchas veces, todo siempre ha tenido una causa. Siempre ha habido un fosforito que encendía la mecha, haciendo la dinamita explotar. Pues si bien soy culpable por no saber hablar, tú eres culpable por constantemente dar motivos para que hable.

Tú y yo, en nuestra larga historia, hemos terminado y vuelto miles de veces. Y siempre tus promesas han sido las mismas. Y después de diez años, seguimos igual. Aún no tengo una relación cercana con tus padres, aún no eres considerado conmigo, aún no eres cariñoso conmigo, aún no dedicas tiempo de calidad a nuestra relación. Y sin embargo, son cosas que me has prometido más de una vez.

Debería pensar que nunca van a suceder, ¿no? Sería lo más lógico, el consejo cliché que cualquier mujer le daría a otra. Pero tú me dices que esas cosas toman tiempo (?) y me acusas de querer que todo sea a mi manera.

Así que este es mi último recurso: ponerte las cartas sobre la mesa, tratar de hacerte entender lo que yo veo. Sé que me amas, es lo que dices, y haces muchas cosas que sin amor no se harían. Pero tu amor se ha vuelto cómodo y sin esfuerzo. A tus ojos todo está bien mientras no me queje, mientras no te moleste (porque la verdad, quitando eso no te doy mayores problemas ¿o sí?), pero en realidad yo nunca estoy bien, pues esos "aún" que mencioné antes siempre están pendientes, siempre hacen acto de presencia de una u otra manera. Eres desatento conmigo, das la espalda a lo que me molesta, me ignoras, y no, no te esfuerzas. Esa es tu parte de culpa.

Uno se imagina que cuando se ama a alguien, se preocupa por que esa persona sea feliz a su lado. Por eso mucho me temo que lo que sientes ya no sea amor y no te has dado cuenta.

Yo de verdad me esforcé, Adam, intenté no pelearme tanto, no ser tan enojona. Pero de verdad a veces sentía que no tenía opción. No veía esfuerzo de tu parte, no veía cooperación, y me parecía injusto. Ahora ya no sé qué hacer, ni si vale la pena el intento. Sentirse sola es feo y yo ya llevo mucho tiempo sintiéndome así. Dime si no es irónico.

Se acabó la hoja, se acabó la carta, se acabó la historia... no estás obligado a responder.

Bye.

domingo, 4 de enero de 2009

La chica mala

Después de haber pasado un año nuevo del infierno en Punta Sal y retornar a mi casa totalmente afligida, acongojada, triste, y para nada bronceada, me di cuenta de algo - y honestamente espero estar en lo cierto y finalmente haber hecho un buen descubrimiento que me ayude a resolver en algo las cosas entre Adam y yo, y no que sea un simple "mea culpa" a fin de evitar tantos roches: muchos de los problemas que existen en mi relación con Adam son MI CULPA.

Antes de que salten a defenderme de mí misma (y gracias por el intento), permítanme aclarar: no estoy diciendo que Adam sea un santo, ni me estoy echando la culpa de toooooodas las broncas que tuvimos el año pasado. Simplemente que ya saben como es cuando dan las 12 del 31 de diciembre... una hace un inevitable resumen mental del año que se acabó y promesas que probablemente olvide cumplir. Y bueno, mi resumen fue deprimente, y hasta cierto punto avivó rencores que no pude dejar de lado y me cagaron totalmente la noche... qué digo la noche, el fin de semana!

Fue entonces... bueno, no entonces, mas bien al día siguiente, cuando noté que si bien el origen de los problemas usualmente son culpa de Adam, la extensión de los mismos suelen ser culpa mía. Es decir, cuando algo jode, JODE, pero realmente vale la pena que joda por más tiempo del necesario? esos rencores que se extienden por temporadas enteras verdaderamente caben en la lógica de pareja? NO!

Después de todo, Adam no es de piedra. Un reclamo bien reclamado quedará en su mente invitando a la meditación. Un reclamo, y después otro, y luego otro, y otro, y otro, y otro lo único que invitarán es al hartazgo y al posterior "necesitamos darnos un tiempo", que es algo así como "me tienes cansado con tanta mierda así que me voy a tomar unas vacaciones hasta que te extrañe lo suficiente como para olvidarme de lo jodida que eres y regresar contigo". Auch.

En un último intento de apoyar mi recién adquirido nuevo punto de vista, he aquí algunos datos de mi fin de semana del demonio:

- Días molesta porque Adam me celó con un amigo gay: 2
- Días molesta porque recordé mis desventuras junto a Adam el año pasado: 2
- Días molesta porque Adam pretendió irse a la playa con más gente, dejándome sola en el bungalow: 1
- Días molesta porque Adam no agradeció por haberlo cuidado mientras estaba enfermo: 1
- Días molesta porque me pareció escuchar que Adam le decía a un amigo suyo que nuestra relación es complicada: 1

Tomando en cuenta que solo estuve cuatro días en la playa, hagan ustedes las intersecciones. Sinceramente desperdicio demasiada energía quejándome y enojándome. Y cuando Adam me lo dijo una vez no le creí! me sonó a floro para escapar del paso, qué esperaban?

Y no solo exagero en los tiempos... exagero en los eventos! algo así como que cuando me siento hasta las huevas porque me he peleado con Adam, y de pronto necesito hablar con alguien para desahogarme o que sé yo, me doy cuenta de que aquello que me molestó en realidad no fue para tanto, y termino agregando frases, palabras, actitudes, etc, a lo que sea que hizo Adam para no quedar como la idiota neurótica exagerada que en realidad soy (no, nunca lo he hecho en este blog, acá sí soy neurótica con confianza).

Ahora sí, fusílenme.