domingo, 24 de agosto de 2008

Falsa alarma

No hay planes. No hay proyectos. No hay nada. Mi paranoia, así como falsa, era innecesaria. Adam no tiene la más mínima intención de casarse en el corto plazo. O al menos eso aparenta... y muy bien. Vi señales imaginarias por doquier, me di el lujo de asustarme por las puras, el absurdo se apoderó de mi mente y terminé creando un mundo ilusorio en donde era yo quien podía sobrarse y decir "Todavía no". Y como la vida misma, todo terminó en un "plop!".

Según yo, era momento de desahuevarse. Poner las cartas sobre la mesa y hablar claro. Y firme. ¿Pasa algo o no? La respuesta fue breve. No. Sigue con tus planes por tu lado, querida Lil'Lo, porque por ahora todo está en cero entre nosotros.

Esta es la parte en la que yo debí haber dicho "Uf! de la que me libré", pero no. Por obvias razones, me sentí como zapato viejo. Me puse triste, me sentí frustrada, y en los últimos instantes de la conversación, me frikeé. Y es que a los casi 27 de edad y después de más de 9 años con este tipo, al menos esperaba un "El próximo año...", pero nada, un no rotundo y una conversación de más de dos horas fue todo lo que obtuve.

Los planes que Adam tiene son propios. Y cualquier referencia que haya hecho a un futuro juntos eran simples ilusiones, sueños, algo así como querer ganarse la Tinka sin haber comprado el boleto. Supongo que está bien que quiera superarse, y asumo que es sano que exprese sus ideales futuros frente a mí, pero ¿será que de verdad no se le ocurrió que yo podría estar "malinterpretando"?

Dice que tiempo nos sobra. Yo la verdad ya me aburro de vez en cuando. El aún tiene que alcanzar metas propias, pero ¿y yo? No es que mi meta en la vida sea casarme, simplemente que... como que ya es hora, pienso. Para otras cosas sí que hay tiempo.

Un sin fin de factores. Para empezar, el principal: me muero por Adam. Sí, es cierto, aún no puedo confiar en él, y a veces me saca de mis casillas con su estupidez, pero a decir verdad tiene muchas cosas buenas, y creo que vivir con él sería una gran experiencia para ambos. Tenerlo cerca me eriza la piel, no me imagino cómo sería dormir a su lado y despertar con él día tras día. Uno de tantos ejemplos de la vida conyugal que se me ocurre ahora. También está el tener hijos que se parezcan a ambos, y vivir juntos todas esas "primeras veces".

Otras razones: si alguien más me pregunta cuándo nos vamos a casar, saldré huyendo de aquí hasta la China. La presión externa jode. Por otro lado, todos a nuestro alrededor están cayendo como moscas, parejas con menos tiempo juntos, menos edad, menos estabilidad económica, menos todo que nosotros, ya están casados y algunos hasta con hijos (otros con hijos y sin casarse, pero esa es otra historia)... inevitablemente los veo y me pregunto ¿por qué ellos sí y nosotros no?

Y finalmente, la boda. Sí, lo admito, sueño con ese día. Ya hasta había escogido la canción con la cual entrar al altar, pues personalmente "Here comes the bride" me parece recontra cheesy. Incluso se la había pasado a Adam para que la escuche... ¡horror! el colmo del patetismo.

Para coronar la conversación, antes de marcharse, Adam soltó el clásico "¡No entiendo por qué tanta presión!".

Plop!

3 muestras de empatía:

Anónimo dijo...

Yo no entiendo porque no ve lo que tiene al lado!

Calma mujer, algo bueno está por venir.

Un abrazo,

Lu

Anónimo dijo...

Hablaste de q Adam tiene sus planes. Mas importante q saber su opinion sobre casarse, creo que es si en esos planes estas tu incluida, si te ve de aqui a varios años mas.Creo que respondiendote eso despejaras algunas dudas. Saludos.

Anónimo dijo...

hola, puse tu link en mi blog, chvr conocer mas de ti, hasta la prox !!