sábado, 29 de diciembre de 2007

Querido ex

Los ex novios siempre salen sobrando. Siempre. Sobre todo en Nochebuena o en cualquier festividad parecida. Piensan que te han hecho el gran favor de llamarte y acordarse de ti. Pues no. Como dije, salen sobrando. Mucho más aún si la relación ya había terminado hace casi 10 años!! Recibí una llamada de un ex novio. Pues como no soy rencorosa, hablé con él y recibí su Feliz Navidad y sus buenos deseos para el 2008 como lo haría con cualquier otro de mis amigos. Él confundió mi actitud "comolashuevista" con indiferencia y en parte con algo de rechazo. Esa misma noche me mandó un e-mail (sí, también había conseguido mi e-mail) donde me escribía: Seguro que me odias y me deseas lo peor por todo lo que te hice. Querido... no te deseo lo peor. Por el contrario, ¡te deseo lo mejor del mundo!

Deseo que consigas la chamba que buscabas, que te haga ganar el reconocimiento de todos, que te sientas en la cima del mundo, que progreses, que crezcas laboralmente, que escales posiciones, que tus jefes te adoren, que tus compañeros te admiren, que te vuelvas en alguien indispensable en donde trabajas. Deseo que ganes dinero, sí, mucho dinero, que te compres todo lo que te gusta, que tengas una cuenta de ahorros inmensa, que manejes un carro de la puta madre, que vistas la mejor ropa, que tonees en los lugares más fichos, que conozcas el mundo entero, que te roces con la mejor gente. Deseo que encuentres al amor de tu vida, alguien capaz de quitarte el sueño, con un cuerpo infartante, con una personalidad arrolladora, que tenga tanto éxito como tú pero que aún así te admire, con más carisma que un presidente aprista, con un sentido del humor hilarante y contagioso, que se muera por ti, que viva besando tus pasos, inteligente o hueca, como tú la prefieras, fiel, lo más cercana posible a la mujer ideal de cualquiera. Deseo que gozes de la mejor salud, que jamás te enfermes, que tengas la energía típica de los superhéroes, el cuerpo que siempre quisiste, que jamás envejezcas o que al menos los años no pasen por ti, que seas la vitalidad andante, que nunca, nunca, necesites viagra. Deseo que vivas la vida, que te diviertas, que todo sea satisfacción, que tu mundo sea envidiable, que alcances todas tus metas y vivas en una constante e interminable dicha, que te pases los días sonriendo y duermas las noches con complacencia. Deseo que seas tan pero tan feliz en ese mundo perfecto, que seas incapaz de acordarte de mí.

Y no, no te odio. Odio a quien inventó los zapatos de taco. Odio no poder estudiar con música como mi hermano. Odio el ser adicta a la tv. Odio que el cine ya no quede a una cuadra de mi casa. Odio tener que depilarme, pero también odio a las mujeres que no se depilan y a los hombres que sí. Odio a los homofóbicos y a los closet-homos. Odio los chain mails. Odio que me pidan un toque cuando estoy fumando. Odio que en mi casa me roben los cigarros. Odio las menestras. Odio cuando alguien se para detrás de mí mientras estoy en la pc. Odio las rayas en la playa. Odio la comida demasiado caliente. Odio las gaseosas. Odio que los amigos de mi hermano me vean en bata de dormir. Odio los pop-ups. Odio acostarme tarde y levantarme temprano. Odio ver las noticias. Odio la televisión peruana. Odio los billetes de 200 soles que luego nadie quiere cambiar. Odio que Rambo siempre encuentre un martillo a la mano con el cual romper una puerta, y que yo haya tenido que clavar una pata de mi silla con un alicate y una piedra. Odio cuando la gente bosteza sin taparse la boca, pero también odio a quienes reprimen el bostezo con una mueca horrible. Odio a quienes escupen y se suenan los mocos en la calle. Odio a quienes se rascan la oreja y luego miran su dedo para comprobar su habilidad escarbadora. Odio las películas de Chuck Norris. Odio a los mañosos. Odio el pan con testa. Odio que las amigas de mi hermano llamen y cuelguen. Odio tener que ceder el asiento a alguien habiendo bacanazos sentados cerca. Odio a los que aplauden en el cine. Odio cuando pierde Perú. Odio los zumbidos del msn. Odio a los que van a Asia y dicen Eisha. Odio tener mala memoria con los nombres y caras de la gente, y terminar saludando a completos desconocidos para mi cerebro. Odio que me toquen pocas arverjitas en el arroz con pollo. Odio cuando el cebiche no pica. Odio que se me riegue el café sobre el teclado. Odio que se me rompa la punta del lapiz. Odio las faltas de ortografía. Odio a quienes dicen "ni mucho menos" para terminar una frase, y desconocen que se trata de una locución conjuntiva copulativa que, por lo tanto, requiere de elementos posteriores a ella para cumplir dicha función. Odio a los hijos de mamá, pero también a quienes se llevan mal con su madrecita. Odio lavarme el pelo. Odio los domingos por la noche. Odio no poder dejar el cigarrillo. Odio el exagerado olor a Glade en los baños. Odio los jaboncitos de hotel. Odio que digan que Isabel Allende "se ha vendido" con El Zorro. Odio los toma corrientes que botan chispitas. Odio el olor a naftalina. Odio que me silben. Odio las alarmas de los carros a mitad de la noche. Eso es todo lo que odio, ves? no estás incluido. Feliz 2008.

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