Sí, el sexo siempre ha sido perfecto entre nosotros. Sexo dulce, sexo rabioso, sexo fuerte, sexo apasionado, sexo ebrio, sexo en público... tú nómbralo y nosotros lo hemos hecho. Cuando uno quiere apaciguar al otro, utiliza el sexo. Cuando uno quiere provocar al otro, utiliza el sexo. Cuando uno quiere fregarle la existencia al otro, utiliza el sexo. Cuando uno quiere congraciarse con el otro, utiliza el sexo. Entre los dos, el sexo siempre ha sido herramienta fundamental, escudo y arma, veneno y antídoto, enfermedad y cura. Si eso es bueno o malo no lo sé, solo sé que es rico.
Culpo al sexo por las noches de abstinencia culposa que tuve que pasar. Culpo al sexo por las veces en que Adam no pidió disculpas por algo que lo hubiera merecido. Culpo al sexo por mis logros y victorias inmerecidas. Culpo al sexo por las miles de discusiones sin terminar. Pero por sobre todo, culpo al sexo por los últimos cinco días, en que no he hecho más que pensar y pensar, preguntarme si es posible que mi vida esté tan llena de ironías, tan poblada de plops, en que no me he atrevido a fumar ni un cigarrillo solo por precaución, en que he ido al gimnasio con miedo a venirme en sangre, en que he calculado días una y otra vez, fechas futuras, en que he ensayado como explicárselo a mi jefa, a la gente del trabajo (ese que requiere que una sea pulcra y ejemplar), a mis viejos!
¿Será posible que esté embarazada?
Este fue el caso. Adam vino a mi casa el viernes. Conversamos, bromeamos, sonreímos, lo hicimos. Fue espontáneo, no planeado, buenísimo, y desprotegido. En algún momento le pedí que se pusiera uno, no recuerdo su respuesta ni por qué no insistí, pero sí recuerdo su broma al final:
"No importa, si sale algo lo tenemos y ya" (a considerar: esta línea califica como "broma" debido al posterior "jajaja" de Adam tras ver mi cara de descuadre).
Estando tranquila, satisfecha, sosegada, relajada, recordé el calendario. Día de ovulación. El más peligroso del mes. Y yo con las lombricitas de Adam nadándome adentro. Horror.
Han pasado cinco días desde entonces. Cinco. Debería hacerme un test, supongo. Pero he decidido esperar hasta que me venga el período. O a que no venga. Prolongar mi angustia un poquito más. Al final, la duda es mejor que la confirmación de una noticia no esperada... ¡Dios, es posible que sea tan piña?
5 muestras de empatía:
Desprotegido? No te pases... por más bromas que uno se haga... no crees?
No te pases... anda al toque y comprate un test de embarazo... no quieres saber?
eso no se haceeeeeee.......... sobre todo si usan el sexo como eso, como arma apaciguadora de todo......y sobre todo si las cosas tan como tan..... y no es por ser mala onda!...... pero weno... esperemos lo mejor!!!
Lo eso no se llama ser "piña", eso tiene un nombre y no soy quién para decírtelo.
Bueno, hay dos opciones: o lo averiguas YA o esperas con la angustia.
Suerte.
Cayetana.
y no tomaste la pastilla del dia siguiente... no pues Lo!!!, en fin, espero qtodo salgo como tu quieres okis. Cuidate
BocaDelcielo: la verdad no, no quiero saber. Por extraño que parezca, prefiero permanecer en duda hasta que la verdad sea demasiado obvia (como que me falte el período o algo así).
(*)nEsSa(*): no usamos el sexo como arma apaciguadora (solamente), pero es un aspecto de nuestra relación en el cual siempre nos hemos llevado bien. Y no eres mala onda, siempre se te ha apreciado por acá ;)
Cayetana: Sí, sé que no se llama ser "piña" sino ser IRRESPONSABLE. Mensaje captado, gracias por el jaloncito de orejas :)
Relax: siempre he compartido la opinión de aquellos que afirman que la pastilla del día siguiente es abortiva, y siempre he sido pro-vida, así que no, definitivamente no era una opción. Y en cuanto a que todo salga como yo quiero... ignoraré la obvia insinuación aduciendo que en estos momentos mi cabeza anda revuelta con un asunto más traumante.
Besos a todos.
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