Hace años hicimos lo impensable, y ese día juramos nunca más hablar de ello. Nunca, sin excepciones, ni siquiera frente a una sicóloga más loca que los dos juntos. Ni siquiera es necesario recordar el uno al otro que ese secreto no debe ser revelado bajo ninguna circunstancia. Ambos lo sabemos, en una especie de acuerdo inconsciente que ni siquiera requiere una mirada que lo traiga a la memoria, un pellizcón disimulado, una patadita bajo la mesa, un sssshhhhh... nada. Adam y yo sabemos que eso que pasó no pasó, aunque sí haya pasado.
Durante años hemos sabido guardar nuestro secreto, y nunca nadie ha sospechado nada. Ni siquiera las personas más allegadas a nosotros. Ningún mejor amigo o amiga, ningún pariente, ningún acompañante de noches ebrias, nadie nunca se ha enterado de eso que solo Adam y yo sabemos.
¿Y es que en realidad es tan terrible? De eso no hay duda. Algún día el karma nos devolverá el favor (en caso no lo haya hecho ya) y ese día sabremos que tan alta era nuestra deuda con el universo. Ese hecho nos cambió la vida, nos partió la historia, nos abrió los ojos ante nuestros propios límites, nos cagó. Nunca volveríamos a ser los mismos después de eso, de pronto nuestro tiempo juntos se dividió en "antes de" y "después de". Antes de nuestra historia de horror, un periodo tan corto, tan tranquilo, tan inocente. Y después de ella, que ha durado hasta nuestros días.
A veces temo que algún día yo no aguante y grite a los cuatro vientos nuestro cuento siniestro como tratando de espectorarlo, escupirlo, eyacularlo, echarlo hacia afuera y quedarme limpia y satisfecha. Pero luego recuerdo que no, es nuestro secreto, ese que no puede ser revelado, ese que nos ha acechado durante años en silencio. Puedo creer a Adam capaz de muchas cosas, pero no de revelar nuestro oscuro día de diciembre.
No hay día en que no piense en ello, el día a día me lo recuerda una y otra vez, y no hay forma de averiguar si a Adam le pasa lo mismo, pues este tema no se menciona. Es el Voldemort de nuestro Hogwarts.
Esta historia jamás ha sido contada. Y jamás la contaré.
4 muestras de empatía:
Hay cosas que NUNCA deben ser contadas...
...aunque me mata la curiosidad...
Que ah?
un hijito...?
no q se q mishis decirte Lo, pero espero q ese feo recuerdo no los atormente mas. Cuidate mucho.
uff ahora me dan miedo *scary!* jajaja, homisidi eh? es el mas grave hecho q uno oculta toda la vida, q lo marca y q pasa cualquier limite de accion...
Publicar un comentario