domingo, 31 de agosto de 2008

Maldita Verona

Hace algunos años, mientras conversaban en el balcón, Romeo y Julieta tuvieron una fuerte discusión por un motivo que ninguno de los dos recuerda ahora. En un momento de rabia, Romeo tomó a Julieta por los hombros y la tiró al piso. En respuesta, Julieta le dio la bofetada más fuerte que pudo salir de su pequeña mano. No se hablaron por días, pero con el tiempo la mejilla de Romeo y el trasero de Julieta sanaron, así como el orgullo de ambos, y todo fue perdonado y olvidado.

Pasados los años y en tiempo presente, Fer, hermano de Julieta, se enteró de lo que había ocurrido. Teniendo ya un rencor guardado por la reciente infidelidad de Romeo, y asumiendo que el empujón dado a su hermana había sido hace poco, partió a casa de los Montesco en una noche de beodez, dispuesto a defender su honor.

Pero ¡oh gloriosa metida de pata! al haber perdonado Julieta ese hecho hacía tanto tiempo, Romeo no tenía ni idea de lo que Fer le hablaba, o más bien, vociferaba, gritaba, espectoraba, lo que sea menos hablar. Pensó que, por haber tenido una pelea (sí, otra) con Julieta la noche anterior, ella había inventado eso y había enviado a su hermano en busca de sangre. La afrenta que se dio fue de lo más escandalosa, y mientras los indignados Montesco eran testigos de tal acto, condenaban secretamente a la pobre Julieta y a su inestable hermano.

Al día siguiente, Julieta se enteró de lo ocurrido. A pesar de aún estar molesta con Romeo, buscó contactarlo, a él y a los Montesco, para explicar que ella era inocente y pedir que perdonen a su hermano por sus embriagados impulsos, pero nadie le quizo hablar. Pasó dos días tratando de limpiar la imagen de los Capuleto, pero lo único que obtuvo fue el rechazo de los Montesco. Y también de su amado. Fer, tras darse cuenta de su error y al ver tan triste a su hermana, trató de buscar a Romeo, pero tampoco pudo dar con él.

Ahora los Montesco piensan que Julieta es una vil mentirosa, que su hermano es un borracho, y que el Sr. y la Sra. Capuleto son unos padres consentidores e irresponsables. Ahora los Capuleto resienten que los Montesco hayan juzgado tan rápidamente a sus hijos, sin darles una oportunidad para explicar lo ocurrido, y que los hayan ignorado y tratado tan mal cuando ellos buscaron arreglar el problema. Ahora Montescos y Capuletos tienen una guerra declarada, en nombre de los hijos.

Ahora Romeo permanece perdido en el limbo, al parecer por voluntad propia, y no hay forma de encontrarlo. Ahora Julieta no sabe qué piensa Romeo, se ha cansado de buscarlo, y su herido orgullo le repite una y otra vez que ya es hora de partir de Verona.

domingo, 24 de agosto de 2008

Falsa alarma

No hay planes. No hay proyectos. No hay nada. Mi paranoia, así como falsa, era innecesaria. Adam no tiene la más mínima intención de casarse en el corto plazo. O al menos eso aparenta... y muy bien. Vi señales imaginarias por doquier, me di el lujo de asustarme por las puras, el absurdo se apoderó de mi mente y terminé creando un mundo ilusorio en donde era yo quien podía sobrarse y decir "Todavía no". Y como la vida misma, todo terminó en un "plop!".

Según yo, era momento de desahuevarse. Poner las cartas sobre la mesa y hablar claro. Y firme. ¿Pasa algo o no? La respuesta fue breve. No. Sigue con tus planes por tu lado, querida Lil'Lo, porque por ahora todo está en cero entre nosotros.

Esta es la parte en la que yo debí haber dicho "Uf! de la que me libré", pero no. Por obvias razones, me sentí como zapato viejo. Me puse triste, me sentí frustrada, y en los últimos instantes de la conversación, me frikeé. Y es que a los casi 27 de edad y después de más de 9 años con este tipo, al menos esperaba un "El próximo año...", pero nada, un no rotundo y una conversación de más de dos horas fue todo lo que obtuve.

Los planes que Adam tiene son propios. Y cualquier referencia que haya hecho a un futuro juntos eran simples ilusiones, sueños, algo así como querer ganarse la Tinka sin haber comprado el boleto. Supongo que está bien que quiera superarse, y asumo que es sano que exprese sus ideales futuros frente a mí, pero ¿será que de verdad no se le ocurrió que yo podría estar "malinterpretando"?

Dice que tiempo nos sobra. Yo la verdad ya me aburro de vez en cuando. El aún tiene que alcanzar metas propias, pero ¿y yo? No es que mi meta en la vida sea casarme, simplemente que... como que ya es hora, pienso. Para otras cosas sí que hay tiempo.

Un sin fin de factores. Para empezar, el principal: me muero por Adam. Sí, es cierto, aún no puedo confiar en él, y a veces me saca de mis casillas con su estupidez, pero a decir verdad tiene muchas cosas buenas, y creo que vivir con él sería una gran experiencia para ambos. Tenerlo cerca me eriza la piel, no me imagino cómo sería dormir a su lado y despertar con él día tras día. Uno de tantos ejemplos de la vida conyugal que se me ocurre ahora. También está el tener hijos que se parezcan a ambos, y vivir juntos todas esas "primeras veces".

Otras razones: si alguien más me pregunta cuándo nos vamos a casar, saldré huyendo de aquí hasta la China. La presión externa jode. Por otro lado, todos a nuestro alrededor están cayendo como moscas, parejas con menos tiempo juntos, menos edad, menos estabilidad económica, menos todo que nosotros, ya están casados y algunos hasta con hijos (otros con hijos y sin casarse, pero esa es otra historia)... inevitablemente los veo y me pregunto ¿por qué ellos sí y nosotros no?

Y finalmente, la boda. Sí, lo admito, sueño con ese día. Ya hasta había escogido la canción con la cual entrar al altar, pues personalmente "Here comes the bride" me parece recontra cheesy. Incluso se la había pasado a Adam para que la escuche... ¡horror! el colmo del patetismo.

Para coronar la conversación, antes de marcharse, Adam soltó el clásico "¡No entiendo por qué tanta presión!".

Plop!

viernes, 22 de agosto de 2008

¡Ja!

Es difícil saber si una relación hecha de retazos va a funcionar. A simple vista, cualquiera dirá que no. Por otro lado, los optimistas afirmarán que se requerirá esfuerzo y tiempo. Aquellos más profundos analizarán el problema a fondo hasta encontrar la raiz del roche y buscar la mejor forma de hacer que todo vuelva a ser como antes. Sin embargo, hay otros que, como a mí, les llega todo al niple.

Se supone que hay reglas básicas inherentes a una reconciliación que se deben seguir cuando has logrado volver con tu pareja tras una fea metida de pata, la cual fue oportunamente perdonada, pero lógicamente no olvidada. Uno: aceptar el error. Dos: prometer no volver a cometerlo. Tres: tratar de congraciarse con la víctima. Y yo agregaría uno más: NO DEJAR QUE LA ESTUPIDEZ LAS CAGUE POR TI. Pero ¿qué significa esto varones? Fácil:

  1. Si se va al cumpleaños de una compañera de trabajo, respeta su espacio, total, quien sacó los pies del plato fuiste tú y no ella, así que tranquilo, preocúpate mejor por que no se quede pensando en dónde estarás mientras ella saluda a su amiga. Una llamada es suficiente.

  2. Si dices que vas a llamarla, llámala, así tengas que recorrer kilómetros en busca de un teléfono público porque los de Claro te estafaron con el Tun Tun o porque a Movistar se le fue la señal (para variar). Amárrate un hilo al dedo para que no se te olvide.

  3. Si se te pasó la hora, no la llamaste, y te acordaste demasiado tarde, de todas maneras LLÁMALA, no le timbres para que te llame ella y sea quien se gaste el saldo conversando contigo. No seas conchán pues brother!

  4. En lo posible, no la llames cuando estés borracho, mucho menos para decirle que mientras ella está con su amiga, tú estás en un bar con el amigo más pendejo que encontraste. Si estás inevitablemente borracho, trata de sostener una conversación de cinco minutos que no la deje desconfiadamente preocupada y pensando en con quién estás y dónde.

  5. Si te cuelga el teléfono por borracho y tarado, acéptalo como hombre y espera a que se te pasen los efectos del trago, cerveza, o lo que sea que hayas tomado para volver a llamarla o para buscarla al día siguiente. No la llames y llames y llames una y otra vez, ni mucho menos le dejes un mensaje de voz INSULTANDO aquellos detalles que han estado teniendo el uno con el otro (ejemplo: llamar "cagadas" a los mensajes de texto o e-mails deseándose un buen día o diciendo cuánto se aman y se extrañan), ni mucho menos AMENAZÁNDOLA con terminar la relación si no te devuelve la llamada. Créeme, no estás en posición para hacerlo, y ella se encargará de recordártelo, por más que te disculpes.

Me he puesto a mí misma en un estado catatónico mental pues prefiero no pensar. Adam es tan ambivalente como una montaña rusa, con sus altos y bajos, en un momento en el que yo busco estabilidad emocional, y lastimosamente la busco en él. A veces pienso que es el hombre más tierno de la Tierra y que hubiera sido un gran error no volver con él. Pero otras veces pienso que es un cobarde, mentiroso y sinvergüenza. Trato de no permitirme a mí misma el pensar así, sobre todo en momentos como este. Por ahora solo hay una pregunta que ronda por mi cabeza como tigre enjaulado:

¡¿QUIÉN DIABLOS SE CREE ESTE TIPO?!

domingo, 10 de agosto de 2008

Deshojando margaritas

¿Me quiere o no me quiere?

Pasada la tormenta es difícil no asustarse con cualquier nube gris. Es más, para los débiles de corazón (sí... como yo), cualquier ínfimo vapor parece anunciar una torrencial lluvia. Y de la misma manera, el más pequeño rayito de sol nos hace saltar de esperanza.

Adam habla de niños, planes, ahorros, negocios, luna de miel, casas, etc. Toma mi mano y la besa de la nada. Me mira a los ojos y me dice que me ama. Me abraza por la calle. Me manda mensajes de texto diciendo que me extraña. Me pide que me cuide al despedirse, pues no sabría qué hacer si me pasara algo. Ve películas conmigo, las que me gustan. Le excita el más pequeño trozo de piel que se muestra traviesamente a través de mi ropa. Le provoca estar conmigo incluso cuando está cansado, hasta ha accedido a leer un conocido libro de John Gray conmigo, y le prestó mucha atención... lo noté durante una pequeña discusión que tuvimos, en la cual normalmente se hubiera parado y se hubiera ido, pero no, esta vez se quedó, me abrazó y todo pleito quedó en nada.

Pero (aquí voy...) siempre hay algo, siempre queda esa duda, que más que duda es miedo, o más que miedo es inseguridad. Como cuando nos cruzamos con alguna chica, ya no me parece gracioso que se la quede mirando, mucho menos si es una gringa. Sigo pensando en qué más me ha de ocultar, o en qué más me habrá mentido, y que ya no quiero averiguar. Y a veces, solo a veces, me quedo largos ratos pensando si de verdad está arrepentido, si realmente se dio cuenta de su error, o si simplemente no le quedó otra tras haber sido descubierto.

Pasan los días, vivo de momentos, me enamoro inevitablemente más y más, lo miro a los ojos esperando ver a aquel chico que jamás sería capaz de dañarme, y con quien me sentía segura y protegida... sé que está ahí, quiero verlo.

¿Cuándo llegará la amnesia?

miércoles, 6 de agosto de 2008

Todo cambió

Pasó una semana sin tormentas. Esto de estar juntos otra vez nos ha caido bien. No parece tan malo después de todo... eso de tratar de ver la imagen más grande (see the bigger picture... oh my God! el poliglotismo!). Ahora Adam habla de futuro, negocios, fechas, bodas, posibles lugares para una luna de miel, número de hijos, etc, mientras yo sonrío estúpidamente y grito por dentro "Basta! recupera mi confianza de nuevo antes de hacer planes". Trillado, pero señoras y señores, así es la cosa ahora.

Antes yo era vista como la gurú de las relaciones. Quien necesitaba un consejo o tenía un problema amoroso recurría a mí. Ahora soy yo quien recibe consejos, muestras de simpatía, deseos de que todo me vaya bien, la lástima de los demás disfrazada de empatía.

Dije una vez que cuando una atraviesa una crisis de pareja, las bien intencionadas amigas salen sobrando, y ahora lo reafirmo. Tras una semana de escuchar cosas como "Ten cuidado, lo puede volver a hacer", "Ahora sí amiga, a ponerse las pilas y no bajar la guardia", "Pucha... y estás segura de que ya aprendió la lección?" o el repetidísimo "Bueno, si tú estás contenta entonces está bien", decidí alejarme momentaneamente de cualquier aparición social y meterme en mi huequito a esperar que el frío invierno pase.

Aquí es cuando yo digo: Adam y yo solíamos ser la pareja ejemplar, ahora solo somos una pareja dando manotazos de ahogado ante la vista de los demás. Me he pasado siete días escuchando por distintos lados una variopinta diversidad de opiniones. Y lo más raro es que yo coincido con todas. Sí, Adam las cagó... sí, fue un tarado... sí, lloré como mierda... sí, juré no volver a verlo... sí, lo perdoné... sí, volví con él... y sí, sigo pensando que fue un cagado. Pero ya no quiero analizar ni desmenuzar más el hecho. De qué sirve?

No sé si Adam aprendió la lección. No sé si había una lección por aprender, y si así fuera, cuál es? "Si vas a pendejear, no dejes que te atrapen"? Sala'o!

Digamos que todo esto fue una cruda lección de humildad. Nunca fui gurú, y definitivamente no lo seré en el futuro. No hay parejas perfectas, nunca fuimos ejemplo de ello. Ahora vale dejarse llevar por la corriente y a ver en qué isla desierta encallamos.

Pero Dios, que esté desierta!

viernes, 1 de agosto de 2008

iLife

Curioseando por la web, específicamente por la página de una entusiasta lectora, encontré un juego interesante en el cual debías decidir qué canciones pertenecerían al soundtrack de tu vida, esto es, si tu vida fuera una película. Estas fueron las que escogí, sin que las letras tengan mucho que ver en ello, pues contrario a mi inspiradora, me atrajeron por la tonada y no por lo que dicen... en la mayoría de los casos (sirven también para darse una idea de qué canciones tengo en mi iPod):

• Créditos Iniciales: Coffee and TV - Blur
• Despertar: Powerless - Nelly Furtado
• Primer día de clases: Grace Kelly - Mika
• Al enamorarse: You and me - Lifehouse
• Escena del beso: Emotions - Destiny's child
• Graduación: Clocks - Coldplay
• Mi Gran Ruptura: Everybody hurts - REM
• Shockeo mental: Every me and every you - Placebo
• Canción Para Manejar: 1979 - Smashing Pumpkins
• Reconciliación: Who knew - Pink
• Flashback: Self Esteem - The Offspring
• Boda: Canon D - Pachelbel
• Nacimiento de mi Hija: Making memories of us - Keith Urban
• Pagando deudas: TNT - Ac/DC
• Momento del triunfo final: Bittersweet symphony - The Verve
• Escena de muerte: Nothing else matters - Apocalyptica
• Escena del funeral: I will remember you - Sarah McLachlan
• Créditos finales: Bitch - Meredith Brooks

Supongo que mi vida sería una comedia romántica de bajo presupuesto sin aspiraciones a ganarse un Oscar, pero arrasaría en taquilla!

·..·~·..·~·..· ¡Gracias pink_surfer! ·..·~·..·~·..·