Para aquellos que son fieles seguidores (como yo) de Grey's Anatomy, la historia de Meredith y McDreamy les ha de ser familiar. Llendo y viniendo, juntos y separados, de lejos y de cerca, ese par se ama y a pesar de los roches en los que siempre se ven envueltos, no reparan en demostrarlo. Recordarán entonces el capítulo al que hice referencia en el post anterior, así como el que estoy a punto de mencionar:Necesito a Adam. Lo necesito en mi vida. Ahora más que nunca necesito fuerzas, porque justo cuando uno piensa que las cosas no podrían estar peor, la vida te golpea en la cara tan rápido que ni sabes con qué te dio. Y es ahí cuando lo trascendental se hace imprescindible.
Necesito a Adam porque, con esto que se me viene, sin él no voy a poder seguir. Y no porque sea débil, aunque en parte sé que lo soy, sino porque seré más fuerte con él. Sí, es cierto, me falló, me jodió el cerebro probablemente de por vida, y fue por él que pasé los tres peores meses de mi existencia, pero estoy cansada, agotada de odiarlo, y ya no lo quiero hacer más.
Porque lo amo... sí, lo amo. Y porque me ama... digamos que necesito creerlo ahora. Quién sabe si nuestra McHistoria se vuelva McDramática, y con el McTiempo me de cuenta de que cometí un McError al volver con él, o al contrario, la McVida me demuestre que nos pertenecemos el McUno al McOtro... por ahora quiero vivir el presente, día a día ver como sigue a mi lado, dar de ese amor que pido y recibirlo. Adam y yo estamos juntos de nuevo. Y honestamente, estoy McFeliz!







