lunes, 26 de noviembre de 2007

La suegra...

Yo quiero a mi suegra. En serio, la quiero. Y nada de "la quiero ver muerta" o "la quiero lejos". En verdad la respeto. Es la mamá de Adam. Lo ama, lógicamente, quiere lo mejor para él. Pero me lleva el diablo cuando cuestiona si lo mejor para él soy yo.

Durante los más de ocho años que llevo junto a Adam, nunca he tenido mayor contacto con ella, salvo un hola y chau ocasional. Sí, sí... en algún momento nos hemos sentado a conversar de algo, cuestiones simples, quizás obligatorias dependiendo del momento, como en un almuerzo conversamos sobre lo buena que estaba la comida... cosas así.

La verdad, no sé qué es lo que piensa mi suegra de mí. A veces siento que me odia, otras veces siento que me tiene respeto. De lo que sí estoy segura es que soy la causa principal de sus celos de madre. Es comprensible. Beso a su hijo. Me acuesto con su hijo. Su hijo gasta tiempo, esfuerzo y dinero en mí. Su hijo centra su atención en mí. Su hijo sueña conmigo. Su hijo hace planes conmigo. Su hijo pasa días y noches enteras conmigo. Su hijo ve la perfección en mí. Para ella soy la usurpadora. Esa novela era bravota.

Hace una semana Adam se enfermó. Estuvo cuatro días en cama. Me hubiera gustado ir a verlo, pero no quería cruzarme con su mamá. Estúpido, tal vez, pero cierto. Si no fuera por los celulares y el messenger no habría sabido nada de él. Cuando se recuperó vino a verme, y lo primero que me dijo fue: En estos cuatro días no me visitaste ni una sola vez. Me lo esperaba. Y a pesar de esperármelo, no tenía a la mano la respuesta correcta, sino que solté algo que NINGUNA MUJER EN EL MUNDO debe decir a su hombre: Lo que pasa es que no quería chocarme con tu madre.

Plop!

Si ilusamente esperaba una actitud de comprensión de su parte después de oir tremenda babosada, pues tonta yo. Lo que se vino era obvio, hasta comprensible. No entiendo por qué te llevas tan mal con mi mamá, ella te quiere (sí, claro), ella siempre me pregunta por ti, tú siempre te mantienes distante, no te entiendo, (al final vino la bomba) ES TU CULPA QUE TE LLEVES MAL CON ELLA.

...

WHAT??!

Exploté. Y de la peor manera, porque el enojo me duró hasta el día de ayer. Ahora dice que en realidad no piensa así. No es mi culpa, sino suya, dice. El debió hacerme ver desde un principio que su mamá no tiene nada en mi contra. Llamó a todo un "desafortunado malentendido", y prometió arreglarlo. Dijo haber conversado con su mamá, indagado, y haber descubierto que en realidad ella me aprecia. Dijo.

No quise refutarlo. No quise hablar mal de su mamá, mucho menos frente a él. Preferí no recordarle las miles de veces en que su mamá había hablado mal de mí a sus amigas. De las veces en que había sido grosera conmigo. De las veces en que me había criticado. De cuando dejaba esperando en el jardín por él, de cuando no me lo pasaba al teléfono. Preferí hacer la vista gorda una vez más y repetirme a mí misma: Tu novio es él, no su mamá.

Después de todo, madre hay una sola, pero novias pueden haber miles. Salao.

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