lunes, 24 de agosto de 2009

No surprises


Casi 20 días después y todo sigue igual. Altos y bajos, bajos y altos. Días excelentes, llenos de besos, amor y romance. Días de perros, peleas, espalda con espalda, brazos cruzados. He identificado que muchas veces el problema soy yo.

Ya sé que viene. Tonta, te has dejado lavar el cerebro, lo has dejado convencerte de que eres la culpable, él te hizo daño, déjalo, déjalo, DÉJALO!!! es un peligro para ti. Pero ya saben que no soy de escuchar consejos ni opiniones, ya saben lo que pienso al respecto: no todos los consejos se aplican a todos los casos, por más genéricos que sean, por más bien intencionados, cada pareja es un caso, y para dar un consejo acertado habría que conocer todos los factores implicados... a veces ni los mismos involucrados los conocen. Nadie conoce la verdad con respecto a nada.

En fin, esta fue la situación: Adam y yo decidimos reducir nuestra frecuencia de visitas. Ahora solo nos vemos los fines de semana. La de la idea fui yo, quería que me extrañara, que sintiera un poquito mi ausencia y que cuando finalmente estuviéramos juntos, realmente quisiera estar ahí. Yo también quería extrañarlo, pues la verdad estaba empezando a sentir que me estorbaba un poquito. Fea palabra, pero así es. Y bueno, así lo hicimos por dos semanas, de lunes a viernes solteros totales, y sábados y domingos dos pindongos enamorados. Este sábado optamos por una escapada íntimo-romántica.

La verdad sentía estar con un extraño, con alguien desconocido, y la sensación me gustó. Buen cambio, pensé, y sin tener que caer en pecaminosas infidelidades. Fue rico sentir ese algo nuevo después de tantos años (Dios, sueno a vieja). Pero he aquí el detalle que me recordó que era Adam quien estaba conmigo en esa cama: pasada la "cuestión" se durmió.

Y empecé a divagar. De nuevo lo mismo, lo de siempre, en vez de aprovechar el tiempo que está pasando conmigo ahora prefiere dormir, qué le cuesta hacer el sacrificio, tampoco es que quiera bum-bang toda la noche, pero al menos que se quede despierto, conversando o qué se yo. Me sentí harta, me sentí cansada de pasar siempre por eso, de siempre tener alguna queja en su contra, de no poder estar satisfecha, sentirme satisfecha, de siempre estar enojada. Tuve un bitch fit.

Desperté a Adam. Él ya sabía lo que se venía y jugó su carta de "te escucho, pero no te escucho". Detesto eso. Me frustré, me eché a llorar, le reclamé no poder llegar a él, no poder hacerle entender que esperaba otra cosa, todo tenía mucho sentido en mi cabeza pero no en la de él. Intentó calmarme fallidamente, la noche terminó horrible, y yo casi-casi termino con él.

Al día siguiente desperté con los ojos hinchados en mi cama (sí, una vez más) y pensando... ¿Todo eso porque Adam se durmió a mi lado?

Es oficial, sigo siendo una drama queen. Tantos años y no he cambiado, que joda.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Empatía


Yo siento y duelo por ti. Cuando estás sola, yo estoy a tu lado y tú no me sientes. Miles de veces he pensado tus pensamientos y he sufrido tus sufrimientos. He sobado con tu mano tus heridas, me ha dolido el corazón pues es el tuyo. Cada vez que has llorado, cada vez que has reído, yo he estado ahí, llorando y riendo contigo. Cuando pensaste en morirte, cuando quisiste morirte, cuando sentiste que la única salida era morirte, para acabar con el dolor, para olvidar el olvido y dejar sola a la soledad, cuando te miraste al espejo y te sentiste fea, cuando lo escuchaste hablar y te lastimaron sus palabras, cuando lo odiaste por diez segundos, y luego contaste hasta diez de nuevo y lo volviste a amar. Cuando pensaste que tu amor no era amor, que era obsesión y que lo suyo era amistad, esa que tanto anhelan muchos pero que para ti no es suficiente, pues tú quieres más, pues tú mereces más, pero has llegado a creer que no mereces nada. Cuando sentiste que no eras digna, cuando te sentiste menos que el resto, cuando tu autoestima se fue al piso y tú misma la pisoteaste, pero ya tan pisoteada como estaba, una pisada más no haría tanta diferencia, salvo que la pisada era tuya y tu pie la lastima más que cualquier otro. Imaginaste el futuro y yo también lo vi, metida en tu cabeza, asustándome contigo, temiendo no ser feliz, sintiéndote incapaz de serlo, incapaz de saborear la alegría, incapaz de alcanzarla o de tan siquiera saber cómo hacerlo. Esa vez te encerraste a escuchar canciones punk en tu cuarto como hacías cuando eras una adolescente cualquiera, recordando que en esos tiempos te sentías tan desdichada como ahora, pero con más esperanza, pues cuando eres adolescente todo duele pero todo pasa, sin embargo en la adultez los dolores son serios y marcan la vida, o el futuro, o lo que sea que has autoproclamado como "sin importancia" pero que en realidad sí te importa. Aquí estoy y de nuevo no me ves. Porque ya no tienes ojos para nada, te los arrancaste sola para no ver lo malo que te rodeaba y ahora tampoco puedes ver lo bueno. Pero lo percibes, a veces lo percibes, a veces lo sientes y ves que hay algo más que lo que sentías antes. Tus temores yo los sé, los conozco, los vivo, los temo contigo. Como esa vez que temiste que él no te amara a pesar de que él te dijo que sí, a pesar de que él te levantó en brazos, hundió su cabeza en tu cuello y te pidió que le creas, tú no le creíste, y es que a veces te sientes así, incapaz de provocar amor en alguien, y esa no es su culpa. Tampoco tuya. Como esa vez que habías llorado toda la noche sin saber por qué y te levantaste con más ganas de llorar, y tus ojos estaban deformes e hinchados, y tu mamá te preguntó que pasó, y solo dijiste "nada" y te sentaste a desayunar, y en la mesa todos te miraban pero no te miraban, de reojo, aparentando que el periódico y el perro jugando en el patio eran más interesantes, pero estaban preocupados por ti y tú creíste que se querían inmiscuir en tus asuntos otra vez y se los dijiste, y todos se marcharon y de nuevo te quedaste sola. Y luego en tu cuarto te lamentaste por no tener nadie con quién hablar. Como esa vez que habías tenido una tarde súper junto a él, y luego se despidieron y cuando él se fue te quedaste pensando y pensando, y no podías dejar de pensar, y luego empezaste a deprimirte y a recordar cosas malas, y luego empezaste a odiarte por sentirte deprimida, por no poder dominarte, y luego tiraste todo lo que había en tu cuarto y después ordenaste todo en silencio porque tu depresión es tuya y no quieres que nadie más se entere. Sin embargo sabes que todos lo saben. Por esa vez, hace años, lo recuerdas bien, y esa canción te lo recuerda, esa canción que cuando la escuchas se siente rico porque es rico sentirse hasta las huevas y luego poder salir de eso en un dos por tres. Porque esa vez, hace años, esa vez, casi duermes hasta el mil mientras escuchabas esa canción en tu discman, y luego escuchaste al doctor, y luego una enfermera evitaba que te saques el tubo del estómago por la boca, luego despertaste y no podías despertar bien, y todos te miraban, y los doctores te decían que eras guapa, por qué lo hiciste, y luego despertaste en tu cuarto y papá estaba ahí, y te preguntó si querías ver TV y prendió MTV, tu canal favorito, y estaban pasando esa canción de Radiohead, y te pareció hipnotizante y te volviste a dormir y despertaste tres días después sin noción del tiempo y con una aguja pinchando tu mano. Pero esa vez no fue por él. Sin embargo ayer sí pensaste en él, no por algo en específico, y no solo pensaste en él sino en todo, porque no aguantaste y te dieron ganas de repetir la escena y pusiste esa canción en tu iPod, y recordaste dónde guarda tu mamá las pastillas para dormir, y se te ocurrió, por un segundo se te ocurrió y al siguiente segundo dijiste "no puedo", pero lo dijiste porque ahora muchos dependen de ti y se supone que tú debes ser la cuerda. Pero los psicólogos también pueden ser locos, pensaste. Y te escuché mientras te mirabas al espejo y te miré también, y te dijiste tonta, te recriminaste tu estupidez, y luego te detuviste a pensar por qué lo habías pensado. Y de nuevo te echaste a llorar, y concluiste que necesitas ayuda, pues esto va más allá de él y tú, más allá de ustedes, porque te diste cuenta que no puedes saborear los ratos buenos, que estás deprimida y que ya no confías ni en ti misma. Y no sabes cómo llegaste a este punto. Y lo quieres saber. Y yo sigo aquí, muda testigo de tus dramas.

lunes, 3 de agosto de 2009

Gracias

Este post no será sobre Adam, ni sobre mí. Bueno, tal vez un poco sobre mí. Porque quien ganó fui yo, pero fue gracias a ustedes. Gracias a Gabriela, a Sky, a Ferr, a JM, a BocaDelCielo, a Relax, a Carlos Pun Chong, a Nataly Chavarría, a Cristina G., a Nathy, a Aan'Allein, a Lünátîka, a Multiple, a hadazul, a Xpartan, a Enkriptada, a Dan Gonzalez, a Fresita, a todos los anónimos, y a todos los que quisieron votar pero no pudieron, o no tuvieron tiempo o simplemente se les pasó... igual, gracias!

Y gracias a las Mujeres de Mundo, sobre todo a Fugitiva y a Lara, que fueron las encargadas de contactarse conmigo para hacerme llegar el exquisito polo de Looch.

Besos a todos.