La venganza de MorfeoFui a la playa, sola como lo tenía planeado hacía mucho tiempo. Necesitaba aislarme, perderme por un tiempo, alejarme de tanta urbanidad. Había alquilado una cabaña frente al mar, era bonita, de paredes blancas, rústica, techo de madera y paja, decoración simple y sencilla. Mis vecinos, unos gringos risueños y bullosos, habían dejado regadas sus tablas de surf, toallas, sandalias, pareos, polos, etc. por todo mi balcón. No es que me molestara, pero me pareció una buena ocasión para acercarme y conversar. Después de todo, soledad al 100% tampoco era la idea.
Cuando me asomé a la cabaña contigua, idéntica a la mía, lo vi sentado en la puerta, como si me hubiera estado esperando. Jay... sí... Jay. Tan lindo como la última vez que lo vi. Con un "hola" iniciamos una amena conversación que al parecer habíamos extrañado por muchos años. De la puerta pasamos a sentarnos a una hamaca, echarnos en una hamaca, sentarnos en una cama, echarnos en una cama, besarnos incansablemente y recordar cómo eran esos besos, a qué sabían, y cómo tan poco había cambiado en tanto tiempo. Cuando las ropas empezaron a retirarse, me retiré también. No era correcto, lo quería, sí, pero no era correcto. No por Adam, no por la esposa de Jay (oh my God!), simplemente no era correcto, no lo sentía.
Volvimos a los besos. Decidimos ir a cenar. Volvimos a la cabaña. Volvimos a la cama. Y los besos continuaron. Si bien me sentía culpable, por alguna razón no pensé en Adam. No se me cruzó por la cabeza, no lo recordé. Esos ensalibados momentos nos pertenecían solo a Jay y a mí. Jay... wow... Jay...
Desperté sola en mi cama. ¿Por qué había soñado eso? ¿Por qué había soñado con Jay? ¿Por qué en la playa, por qué besos, por qué un sueño tan detallado? ¿Cuál era su trasfondo? ¿Por qué no soñé con Adam, por qué no pensé en él mientras soñaba con Jay?
Y la culpa empezó...