jueves, 31 de enero de 2008

Extráñame!

Como algunos ya han de saber, soy de Piura. Así es, Piura, la tierra del chifle y el tondero, del ceviche bien hecho y del famoso "gua", bellas playas, buen clima, gente amable. Yo la llamo Piuradise. El fin de semana pasado decidí abandonar mi tierra, abandonar a Adam, y explorar Lima en compañía de una de mis primas favoritas, residente allá. La experiencia fue... interesante.

Para empezar, a Adam no le incomodaba mucho la idea de no verme por cinco días. Sí, decía que me extrañaría, pero tampoco se cortaría las venas por mi ausencia. Me acompañó a la estación, me dio un beso de despedida, me pidió que me cuide, y su última frase fue un medio en broma, medio en serio, "Pórtate bien, carajo." Mi sonrisa estúpida ante repentina frase fue lo último que él vio asomarse por la ventana del bus. El viaje no estuvo tan mal, recibí un par de llamadas de Adam, las cuales me hicieron sentir un tanto acompañada ya que usualmente no viajo sola. Y mientras estuve allá hablamos por teléfono constantemente, la comunicación no fue un problema.

Al volver a Piura, Adam fue con mi mamá a recogerme a la estación. Se le veía emocionado, ansioso... realmente me había extrañado. Había probado un poco de su propia medicina, ya que usualmente es él quien viaja y me deja abandonada. Aparentemente, no es lo mismo para quien se va que para quien se queda.

Quien se va se somete a un lugar nuevo con experiencias nuevas que le ayudan a distraerse de lo que dejó. Quien se queda está con toda la concha del mundo encima porque todo sigue igual a su alrededor, salvo la presencia del ausente. Quien se va tiene la situación en sus manos, sabe cuando volverá, sabe cómo volverá, todo depende de sus decisiones. Quien se queda es como la tipa del Muelle de San Blas... esperando a que se acuerden de ella. Quien se va lo hizo porque tuvo una razón para hacerlo: chamba, vacaciones, visitas, etc. Quien se queda no tuvo más opción que aceptar la razón para la partida de quien se fue.

Extrañé Piura, pero sobre todo extrañé a Adam. Y el me extrañó a mí, lo dejó muy claro, sobre todo con el anuncio que hizo y del cual escribí en la entrada anterior.

Tal vez deba viajar más seguido.

domingo, 27 de enero de 2008

Oh... my... God!!!

En año nuevo, exactamente a las 12, Adam pidió un deseo, pero se negó a decirme cual era. Si te lo digo no se cumple, agregó, pero no te preocupes, es algo lindo. Me imaginaba a lo que se refería, y en ese momento solo pensé en una cosa: No.

Adoro a Adam, lo admiro mucho, es un gran hombre, una gran persona, un gran amigo, un gran amante, un gran compañero, se podría decir que es todo lo que una mujer espera de un hombre, incluyendo la modesta estupidez de no saber cuanto vale como para que no se le suban los humos a la cabeza. Adam sería perfecto, de no ser porque sabe muy bien cómo sacarme de mis casillas.

Ya lo había mencionado antes, Adam tiene miles de defectos, y últimamente dichos defectos nos han ocasionado tremendas peleas, estoy segura que los míos también. Algunas estúpidas, otras repetitivas, una a una me hicieron sentir varias veces que tal vez, sólo tal vez, Adam y yo no estábamos hechos el uno para el otro. Tan rendida me sentí en múltiples ocasiones, que en más de una me dejé vencer por las ganas de decirle lo harta que estaba, importándome poco si lo lastimaba con ello o no.

En fin, todo eso entró a re-evaluación el día de hoy, cuando Adam me anunció, como quien anuncia que se ha comprado un carro nuevo, que ya sabe cuando pedirá mi mano. Pequeño detalle: no me quiso decir cuándo, para que sea sorpresa. Lindo. Una vez superado el estado catatónico en que dicha afirmación me dejó, mi respuesta fue de lo menos elocuente, y debe haber consternado a Adam hasta la médula de los huesos: ¿Estás seguro?

Plop!

Su respuesta fue que sí. Está seguro. Yo soy aquella. La indicada. La elegida por su corazón y su cabeza. La futura madre de sus hijos. La futura enfermera en sus días de dolencia. La amante eterna. La contadora del hogar, su hogar, el que compartirá conmigo... MIERDA!!!!! Qué responsabilidad!

Ya sé que antes he afirmado que no me quiero casar, o que al menos aún no. Pero por alguna razón Adam me ha hecho entrar en un súbito deseo de que la pedida de mi mano sea pronto. ¿Qué pasa conmigo? ¿Realmente me atrae el convencionalismo? ¿O es que estoy perdidamente enamorada? Y si es así, ¿y qué?

En fin... al parecer estaré de novia. Y yo que pensaba que Adam era "incasable" e "incazable"...

Sé que lo siguiente me hará quedar como idiota, pero solo esa palabra resume como me siento en este momento mientras pienso en los planes de Adam con respecto a nosotros:

YESSSSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! :)

viernes, 18 de enero de 2008

Música

Si la música es el lenguaje universal, y el amor une al mundo, ¿cuál es la relación entre ellos? Muchas.

Más de una vez y bajo distintas circunstancias, Adam y yo nos hemos dedicado canciones el uno al otro. A veces por la letra completa, a veces por sólo un párrafo, nuestra variopinta selección va desde temas de Nirvana hasta tonadas del resobadísimo Arjona. He aquí una muestra:
  • Yo te voy a amar - N'sync: Adam me la dedicó cuando empezamos a salir. Teníamos 16 años. Es mi única excusa.
  • Duerme - Ricardo Arjona: De algo sirvió que me hiciera la dormida...
  • I don't wanna miss a thing - Aerosmith: Armaggedon nos gustó demasiado. De nuevo: teníamos 16 años. Quizás un poco más.
  • Desnuda - Ricardo Arjona: ¿Necesita explicación?
  • Una de Alejandro Sanz que no recuerdo...
  • Fruta fresca - Carlos Vives: Bailantona, algo tonera. Simpática tonadita.
  • Rape me - Nirvana: Jajajaja...
  • Crystal - Stevie Nicks: Nuestra futura canción de boda (digo, en caso... no?).
  • Angel - Sarah McLachlan: City of Angels también nos gustó demasiado...
  • My immortal - Evanescence: En un cierto periodo neo-goth de mis gustos musicales se la dediqué a Adam... hasta la fecha es mi ringtone para cuando él llama...
  • If I am - Nine days: Me la cantó torpemente en el carro un día que yo estaba depre. El reirme de su masticado inglés ayudó bastante.
  • Dreams - Cramberries: Es una canción que ambos adoramos, ninguna razón en especial.
  • Por siempre tú - Christina Aguilera: Cuando él me dedicó la de N'Sync, yo le dediqué esta en respuesta. 16 años...
  • Héroe - Enrique Iglesias: No nos gusta Enrique Iglesias, empecemos por ahí, y fue por eso que ambos nos reímos cuando Adam decidió dedicármela, pero si le prestan atención a la letra, se comprende la razón para que lo hiciera.
  • Todo cambió - Camila: La más reciente... cuando la escucho simplemente lloro!

Estoy segura que hay más, pero por ahora son todas las que recuerdo. En conjunto son algo así como un soundtrack de nuestra vida, de esa tragicomedia musical que decidimos protagonizar hace poco menos de 9 años. Vendrán más canciones, vendrán más momentos que nos provoquen cantar. Me muero por ver todo aquello que vendrá.

lunes, 14 de enero de 2008

Sexo

No soy ninfómana (ya quisiera Adam) pero soy mujer, y con la vulva bien puesta (que sería el equivalente al masculino "con las bolas bien puestas). Me gusta el sexo como a todas, y la que diga que no es porque tiene prohibido admitirlo. No sé si fue por la cultura de represión a la que fui sometida durante años en el colegio de monjas dominicas, pero fue recién en la universidad cuando desperté, sexualmente hablando. Hasta antes de eso, un beso apasionado no iba más allá de lenguas cimbreantes y alguna mano tímida y traviesa. Después de conocer a Adam, todo beso apasionado significaba: sexo.

Adam es un gran amante. Y no lo digo porque lo amo, ni porque fue el primero y el único, ni ninguna de esas insulsas excusas emocionales. Adam es un donador de sí mismo, apasionado y romántico al mismo tiempo, jadeante y contemplativo, saboreador de cada momento, cada segundo, cada trozo de piel, dispuesto a experimentar, a innovar, a preguntar qué se me antoja, a encontrar esa combinación perfecta entre deseo y posesión, a hacer aflorar en mí a la puta más desinhibida, de la mano con la mujer más entregada. Wow...

Recuerdo nuestra torpe primera vez, en la casa de sus viejos, en el cuarto de sus viejos, en la cama de sus viejos (sus viejos no estaban). Recuerdo que estaba lloviendo y todo paso muy rápido... Momento. Que no se malentienda eso. A lo que me refiero es que en un momento estábamos viendo tele (ja!) y al rato ya nos estábamos besando y sacando la ropa.

Siempre imaginé que mi primera vez sería dulce y tierna, en una cama llena de flores blancas, en una habitación con un balcón que diera hacia el mar, bajo la tenua luz de la luna llena a través de cortinas blancas semitransparentes, todo empezaría con un suave abrazo en el "antes" y concluiría con uno igual en el "después". Nunca me imaginé el doloroso "durante".

El primer gemido no fue de placer. Tampoco lo fue el primer grito. Recordé las clases de educación sexual en el colegio, cuando nos habían hablado del himen... maldito himen. Por un momento quise echarlo todo al tacho y resignarme a morir semi-virgen y vivir así por el resto de mi vida, me preguntaba a mí misma como la naturaleza podía haber sido tan cruel con nosotras!!! Recordé pasajes de la Biblia en donde castigaban a Eva a parir con dolor a sus hijos por el asunto ese de la manzanita... no habrá sido que el himen, junto con los dolores menstruales y el dolor de senos cuando empiezan a crecer a los 10 años, también eran parte del castigo Y SE LES OLVIDÓ MENCIONARLO???

Estaba en mis más profundas cavilaciones escolares de inocentona dominica, cuando de pronto Adam, literalmente, me violó. Es una forma de decir que tomó acción antes de verme 100% arrepentida. Fue un dolor rápido, un sólo grito, una pequeña reputeada, y luego concentrarme en que cada movimiento no me causara dolor de nuevo. Así fue nuestra torpe primera vez.

Con el paso de los años, ya casi nueve, Adam y yo hemos llegado a sincronizarnos más perfectivamente en la cama. Ya sabemos que significa cada gemido, cada mirada, cada gesto, cada vuelta, cuando uno hace algo, el otro ya sabe qué le toca hacer. En algún momento se nos dio por leer el Kamasutra. Si bien algunos aportes de dicho librito fueron altamente agradecidos y útiles, otros con sus contorsiones se acercaban más al Cirque du Soleil que a una buena sesión de apretujones.

Ahora recordamos con nostalgia los tiempos de las cuatro o cinco veces por noche, y, agotados, nos contentamos con una o dos. No me quejo, tal vez lo haría si no nos hubiéramos vuelto tan meticulosos en el acto en sí. Pero debo admitir que a veces, sólo a veces, extraño las tres de la mañana en medio de sábanas húmedas y energías para rato. Sólo a veces.

domingo, 6 de enero de 2008

La niña de papá

En una reciente reunión familiar en mi bien querido Trujillo, mientras observaba a mi padre entonar de manera apasionada la canción "Y como es él" de José Luis Perales (y sin razón aparente, pues los cuernos nunca han ensombrecido la felicidad en mi casa), escuchaba a mis tíos explicar a Adam, atónito, que la canción no era en sí un himno al cornudo, sino que había sido escrita pensando en la hija consentida y recientemente enamorada.

Mirándote a los ojos,
juraría que tienes algo nuevo que contarme
empieza ya mujer no tengas miedo,
quizás para mañana sea tarde
quizás para mañana sea tarde.
Y cómo es él? en qué lugar se enamoró de ti?
de dónde es? a qué dedica el tiempo libre?
pregúntale por qué ha robado un trozo de mi vida
es un ladrón que me ha robado todo.

Arréglate mujer, se te hace tarde
y lleváte el paraguas por si llueve
él te estará esperando para amarte
y yo estaré celoso de perderte
y abrígate, te sienta bien ese vestido gris
sonríete, que no sospeche que has llorado
y déjame que vaya prepando mi equipaje -> (ah?)
perdóname si te hago otra pregunta:

Y cómo es él? en qué lugar se enamoró de ti?
de dónde es? a qué dedica el tiempo libre?
pregúntale por qué ha robado un trozo de mi vida
es un ladrón que me ha robado todo.
Plop!